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Mostrando entradas de noviembre, 2011

“¡Velad!” (Mt 13,37). Es una llamada saludable a recordar que la vida no tiene sólo la dimensión terrena, sino que es proyectada hacia un “más allá”

“¡Velad!” (Mt 13,37) . Es una llamada saludable a recordar que la vida no tiene sólo la dimensión terrena, sino que es proyectada hacia un “más allá”, como una plantita que germina de la tierra y se abre hacia el cielo. Una plantita pensante, el hombre, dotada de libertad y responsabilidad, por lo que cada uno de nosotros será llamado a rendir cuentas de cómo ha vivido, de cómo ha usado las propias capacidades: si las ha conservado para sí o las ha hecho fructificar también para el bien de los hermanos.  Extracto de: Ángelus - Plaza de San Pedro, 27 de noviembre de 2011. I Domingo de Adviento

Tiempo de Adviento: tiempo estupendo en el que se despierta en los corazones la espera de la vuelta de Cristo

El Año litúrgico empieza con el Tiempo de Adviento: tiempo estupendo en el que se despierta en los corazones la espera de la vuelta de Cristo y la memoria de su primera venida, cuando se despojó de su gloria divina para asumir nuestra carne mortal. Extracto de: Ángelus - Plaza de San Pedro, 27 de noviembre de 2011. I Domingo de Adviento

El bautizado sabe que su decisión de seguir a Cristo puede llevarle a grandes sacrificios, incluso el de la propia vida.

El bautizado sabe que su decisión de seguir a Cristo puede llevarle a grandes sacrificios, incluso el de la propia vida. Pero, como nos recuerda san Pablo, Cristo ha vencido a la muerte y nos lleva consigo en su resurrección. Nos introduce en un mundo nuevo, un mundo de libertad y felicidad. También hoy son tantas las ataduras con el mundo viejo, tantos los miedos que nos tienen prisioneros y nos impiden vivir libres y dichosos. Dejemos que Cristo nos libere de este mundo viejo. Nuestra fe en Él, que vence nuestros miedos, nuestras miserias, nos da acceso a un mundo nuevo, un mundo donde la justicia y la verdad no son una parodia, un mundo de libertad interior y de paz con nosotros mismos, con los otros y con Dios. Este es el don que Dios nos ha dado en nuestro bautismo. Extracto de:  Ceremonia de despedida en el aeropuerto internacional "Card. Bernardin Gantin" (Cotonú, 20 de noviembre de 2011)

Tener esperanza no es ser ingenuo, sino hacer un acto de fe en Dios, Señor del tiempo y Señor también de nuestro futuro

Tener esperanza no es ser ingenuo, sino hacer un acto de fe en Dios, Señor del tiempo y Señor también de nuestro futuro . La Iglesia Católica pone así en práctica una de las intuiciones del Concilio Vaticano II , la promoción de las relaciones amistosas entre ella y los miembros de religiones no cristianas . Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones de la República, el cuerpo diplomático y representantes de las principales religiones (Cotunú, 19 de noviembre). Viaje Apostólico a Benin (18-20 de noviembre de 2011)

Desesperar es individualismo. La esperanza es comunión.

La Iglesia acompaña al Estado en su misión; quiere ser como el alma de ese cuerpo, indicando incansablemente lo esencial: Dios y el hombre. Quiere cumplir abiertamente y sin temor esa tarea inmensa de quien educa y cuida y, sobre todo, de quien ora incesantemente (cf. Lc 18,1) , que muestra dónde está Dios (cf. Mt 6,21) y dónde está el verdadero hombre (cf. Mt 20,26; Jn 19,5) . Desesperar es individualismo . La esperanza es comunión. ¿No es este un camino espléndido que se nos propone? Invito a emprenderlo a todos los responsables políticos, económicos, así como del mundo académico y de la cultura. Sed también vosotros sembradores de esperanza.  Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones de la República, el cuerpo diplomático y representantes de las principales religiones (Cotunú, 19 de noviembre). Viaje Apostólico a Benin (18-20 de noviembre de 2011)

Tener miedo, dudar y temer, acomodarse en el presente sin Dios, y también el no tener nada que esperar, son actitudes ajenas a la fe cristiana

Según la Sagrada Escritura, hay tres símbolos que describen la esperanza para el cristiano : el yelmo, que le protege del desaliento (cf. 1 Ts 5,8) , el ancla segura y firme, que fija en Dios (cf. Hb 6,19) , y la lámpara, que le permite esperar el alba de un nuevo día (cf. Lc 12,35-36) . Tener miedo, dudar y temer, acomodarse en el presente sin Dios, y también el no tener nada que esperar, son actitudes ajenas a la fe cristiana (cf. S. Juan Crisóstomo, Homilía XIV sobre la Carta a los Romanos, 6: PG 45, 941C) y también, creo yo, a cualquier otra creencia en Dios .  Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones de la República, el cuerpo diplomático y representantes de las principales religiones (Cotunú, 19 de noviembre). Viaje Apostólico a Benin (18-20 de noviembre de 2011)

El odio es un fracaso, la indiferencia un callejón sin salida y el diálogo una apertura.

Por último, quisiera utilizar la imagen de la mano. Esta compuesta por cinco dedos muy diferentes entre sí. Sin embargo, cada uno de ellos es esencial y su unidad forma la mano. El buen entendimiento entre las culturas, la consideración no altiva de unos hacia otros y el respeto de los derechos de cada uno, son un deber vital. Se ha de enseñar esto a todos los fieles de las diversas religiones. El odio es un fracaso, la indiferencia un callejón sin salida y el diálogo una apertura. ¿No es ese el buen terreno donde sembrar la simiente de la esperanza? Tender la mano significa esperar a llegar, en un segundo momento, a amar. Y, ¿hay acaso algo más bello que una mano tendida? Esta ha sido querida por Dios para dar y recibir. Dios no la ha querido para que mate (cf. Gn 4,1ss) o haga sufrir, sino para que cuide y ayude a vivir. Junto con el corazón y la mente, también la mano puede hacerse un instrumento de diálogo. Puede hacer florecer la esperanza, sobre todo cuando la me

La Iglesia no ofrece soluciones técnicas ni impone fórmulas políticas

La Iglesia no ofrece soluciones técnicas ni impone fórmulas políticas . Ella repite: No tengáis miedo. La humanidad no está sola ante los desafíos del mundo. Dios está presente . Y este es un mensaje de esperanza , una esperanza que genera energía, que estimula la inteligencia y da a la voluntad todo su dinamismo Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones de la República, el cuerpo diplomático y representantes de las principales religiones (Cotunú, 19 de noviembre). Viaje Apostólico a Benin (18-20 de noviembre de 2011)

Sólo Dios purifica los corazones y las intenciones

No es fácil vivir en la condición de servidor, de mantenerse íntegro entre las corrientes de opinión y los intereses poderosos. El poder, de cualquier tipo que sea, ciega fácilmente, sobre todo cuando están en juego intereses privados, familiares, étnicos o religiosos. Sólo Dios purifica los corazones y las intenciones .  Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones de la República, el cuerpo diplomático y representantes de las principales religiones (Cotunú, 19 de noviembre). Viaje Apostólico a Benin (18-20 de noviembre de 2011)

El diálogo interreligioso mal entendido conduce a la confusión o al sincretismo

Esta oración pide también a Dios el don de ver en el otro a un hermano que debe amar, y de reconocer en la tradición en que él vive un reflejo de esa Verdad que ilumina a todos los hombres ( Nostra Aetate , 2). Por eso conviene que cada uno se sitúe en la verdad ante Dios y ante el otro. Esta verdad no excluye, y no comporta una confusión. El diálogo interreligioso mal entendido conduce a la confusión o al sincretismo. No es este el diálogo que se busca.  Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones de la República, el cuerpo diplomático y representantes de las principales religiones (Cotunú, 19 de noviembre). Viaje Apostólico a Benin (18-20 de noviembre de 2011)

No privéis a vuestros pueblos de la esperanza

Desde esta tribuna, hago un llamamiento a todos los líderes políticos y económicos de los países africanos y del resto del mundo. No privéis a vuestros pueblos de la esperanza. No amputéis su porvenir mutilando su presente. Tened un enfoque ético valiente en vuestras responsabilidades y, si sois creyentes, rogad a Dios que os conceda sabiduría. Esta sabiduría os hará entender que, siendo los promotores del futuro de vuestros pueblos, es necesario que seáis verdaderos servidores de la esperanza. Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones de la República, el cuerpo diplomático y representantes de las principales religiones (Cotunú, 19 de noviembre). Viaje Apostólico a Benin (18-20 de noviembre de 2011)

ninguna religión, ninguna cultura puede justificar que se invoque o se recurra a la intolerancia o a la violencia

Por tanto, ninguna religión, ninguna cultura puede justificar que se invoque o se recurra a la intolerancia o a la violencia . La agresividad es una forma de relación bastante arcaica, que se remite a instintos fáciles y poco nobles. Utilizar las palabras reveladas, las Sagradas Escrituras o el nombre de Dios para justificar nuestros intereses, nuestras políticas tan fácilmente complacientes o nuestras violencias, es un delito muy grave.  Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones de la República, el cuerpo diplomático y representantes de las principales religiones (Cotunú, 19 de noviembre). Viaje Apostólico a Benin (18-20 de noviembre de 2011)

Los responsables políticos y económicos de los países se encuentran ante decisiones determinantes y opciones que no pueden eludir.

Sabemos que ningún régimen político humano es perfecto, y que ninguna decisión económica es neutral. Pero siempre deben servir al bien común. Por tanto, estamos ante una reivindicación legítima, que afecta a todos los países, de una mayor dignidad y, sobre todo, de más humanidad. El hombre quiere que su humanidad sea respetada y promovida. Los responsables políticos y económicos de los países se encuentran ante decisiones determinantes y opciones que no pueden eludir.  Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones de la República, el cuerpo diplomático y representantes de las principales religiones (Cotunú, 19 de noviembre). Viaje Apostólico a Benin (18-20 de noviembre de 2011)

El auténtico diálogo interreligioso rechaza la verdad humanamente egocéntrica, porque la sola y única verdad está en Dios

Toda persona sensata comprende la necesidad de promover la cooperación serena y respetuosa entre las diferentes culturas y religiones . El auténtico diálogo interreligioso rechaza la verdad humanamente egocéntrica, porque la sola y única verdad está en Dios. Dios es la Verdad. Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones de la República, el cuerpo diplomático y representantes de las principales religiones (Cotunú, 19 de noviembre). Viaje Apostólico a Benin (18-20 de noviembre de 2011)

La persona humana aspira a la libertad, quiere vivir dignamente

La persona humana aspira a la libertad , quiere vivir dignamente; desea buenas escuelas y alimentación para los niños, hospitales dignos para cuidar a los enfermos; quiere ser respetada y reivindica un gobierno límpido que no confunda el interés privado con el interés general; y, sobre todo, desea la paz y la justicia . Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones de la República, el cuerpo diplomático y representantes de las principales religiones (Cotunú, 19 de noviembre). Viaje Apostólico a Benin (18-20 de noviembre de 2011)

Hablar de la esperanza es hablar del porvenir y, por tanto, de Dios.

Hablar de la esperanza es hablar del porvenir y, por tanto, de Dios. El futuro enlaza con el pasado y el presente. El pasado lo conocemos bien: lamentamos sus errores y reconocemos sus logros positivos. El presente, lo vivimos como podemos. Lo mejor, lo espero aún y con la ayuda de Dios. En este terreno, compuesto de múltiples elementos contradictorios y complementarios, es donde se trata de construir con la ayuda de Dios.  Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones de la República, el cuerpo diplomático y representantes de las principales religiones (Cotunú, 19 de noviembre). Viaje Apostólico a Benin (18-20 de noviembre de 2011)

Sólo puedo conocer al otro si me conozco a mí mismo. Sólo lo puedo amar si me amo a mí mismo

Sólo puedo conocer al otro si me conozco a mí mismo. Sólo lo puedo amar si me amo a mí mismo (cf. Mt 22,39) . Por tanto, el conocimiento, la profundización y la práctica de su propia religión es esencial para un verdadero diálogo . Este sólo puede comenzar con la oración personal sincera de quien quiere dialogar. Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones de la República, el cuerpo diplomático y representantes de las principales religiones (Cotunú, 19 de noviembre). Viaje Apostólico a Benin (18-20 de noviembre de 2011)  

Cuando digo que África es el continente de la esperanza, no hago retórica fácil, sino expreso simplemente una convicción personal, que es también de la Iglesia

Cuando digo que África es el continente de la esperanza, no hago retórica fácil, sino expreso simplemente una convicción personal, que es también de la Iglesia. Con demasiada frecuencia nuestra mente se queda en prejuicios o imágenes que dan una visión negativa de la realidad africana, fruto de un análisis pesimista. Es siempre tentador señalar lo que está mal; más aún, es fácil adoptar el tono del moralista o del experto, que impone sus conclusiones y propone, a fin de cuentas, pocas soluciones adecuadas. Existe también la tentación de analizar la realidad africana de manera parecida a la de un antropólogo curioso, o como alguien que no ve en ella más que una enorme reserva de energía, minerales, productos agrícolas y recursos humanos fáciles de explotar para intereses a menudo escasamente nobles. Estas son visiones reduccionistas e irrespetuosas, que llevan a una cosificación nada correcta para África y sus gentes. Extracto de: Discurso - Encuentro con los miembros del

La Iglesia quiere hacer comprender que Dios no está ausente, ni es inútil, como se trata de hacer creer, sino que es amigo del hombre.

La Iglesia , por su parte, ofrece su contribución específica. Con su presencia, su oración y sus diversas obras de misericordia, especialmente en el campo de la educación y la sanidad, desea dar lo mejor que tiene. Desea mostrarse cercana de quien está en necesidad, de quien busca a Dios. Quiere hacer comprender que Dios no está ausente, ni es inútil, como se trata de hacer creer, sino que es amigo del hombre. Extracto de: Discurso - Ceremonia de bienvenida en el aeropuerto internacional "Card. Bernardin Gantin" de Cotonú (18 de noviembre de 2011). Viaje Apostólico a Benin ( 18-20 noviembre de 2011)

Dios confía en el hombre y desea su bien. Nos atañe a nosotros corresponder con una honestidad y justicia que esté a la altura de su confianza.

La transición a la modernidad debe estar guiada por criterios seguros basados en las virtudes reconocidas, como las citadas en vuestro lema nacional, pero también aquellas enraizadas en la dignidad, la grandeza de la familia y el respeto de la vida. Todos estos valores son para el bien común, el único que debe primar, y el único que debe ser la mayor preocupación de todo sujeto responsable. Dios confía en el hombre y desea su bien. Nos atañe a nosotros corresponder con una honestidad y justicia que esté a la altura de su confianza. Extracto de: Discurso - Ceremonia de bienvenida en el aeropuerto internacional "Card. Bernardin Gantin" de Cotonú (18 de noviembre de 2011). Viaje Apostólico a Benin ( 18-20 noviembre de 2011)

No se ha de temer a la modernidad, pero tampoco se puede construir olvidando el pasado.

No se ha de temer a la modernidad , pero tampoco se puede construir olvidando el pasado. Debe ir acompañada de la prudencia para el bien de todos, evitando los escollos que hay en África, lo mismo que en otras partes, como la sumisión incondicional a las fuerzas del mercado o las finanzas, el nacionalismo o tribalismo exacerbado y estéril, que puede llegar a ser funesto, la politización extrema de las tensiones interreligiosas en detrimento del bien común o, finalmente, la erosión de los valores humanos, culturales, éticos y religiosos. Extracto de: Discurso - Ceremonia de bienvenida en el aeropuerto internacional "Card. Bernardin Gantin" de Cotonú (18 de noviembre de 2011). Viaje Apostólico a Benin ( 18-20 noviembre de 2011)

Es la victoria de la fe, que puede transformar la muerte en don de vida, el abismo del dolor en fuente de esperanza.

El Señor ha venido en su ayuda, ha salvado al pobre y le ha mostrado el rostro de su misericordia. Muerte y vida se han cruzado en un misterio inseparable del que ha salido victoriosa la vida, el Dios de la salvación se ha mostrado Señor indiscutible ante el cual todos los confines de la tierra celebrarán y todas las familias de los pueblos se postrarán. Es la victoria de la fe, que puede transformar la muerte en don de vida, el abismo del dolor en fuente de esperanza.

La oración pide escucha y respuesta, solicita un contacto, busca una relación que pueda darle consuelo y salvación.

Dios calla y este silencio hiere el ánimo del orante, que llama incesantemente, pero sin encontrar respuesta. Los días y las noches se suceden en una búsqueda incansable de una palabra, de una ayuda que no llega; Dios parece muy distante, muy olvidadizo, muy ausente. La oración pide escucha y respuesta, solicita un contacto, busca una relación que pueda darle consuelo y salvación. Extracto de: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?. Salmo 22 (Miércoles, 14 de septiembre de 2011) Catequesis sobre la Oración

La justicia, junto con la verdad, el amor y la libertad es un exigencia fundamental para una paz duradera y segura en el mundo.

Todos nosotros estamos llamados a comprometernos de nuevo con la promoción de una mayor justicia y dignidad, para enriquecer nuestro mundo y darle una dimensión humana total. La justicia, junto con la verdad, el amor y la libertad es un exigencia fundamental para una paz duradera y segura en el mundo. El movimiento hacia la reconciliación exige valentía y visión, así como la confianza en que Dios mismo nos mostrará el camino. No podemos conseguir nuestros objetivos si Dios no nos da la fuerza para llevarlos a cabo.  Extracto de: Discurso - Representantes de la delegación del Consejo de Jefes Religiosos de Israel (Vaticano, 11 de noviembre de 2011)

En estos tiempos de tribulación, el diálogo entre las diferentes religiones se está convirtiendo en algo cada vez más importante

En estos tiempos de tribulación, el diálogo entre las diferentes religiones se está convirtiendo en algo cada vez más importante en la generación de una atmósfera de comprensión mutua y de respeto que puede conducir a la amistad y a una confianza sólida entre nosotros. Esto urge a la los líderes de Tierra Santa que, a la vez que viven en un lugar lleno de recuerdos sagrados de nuestras tradiciones, sufren diariamente las dificultades de vivir juntos en armonía.  Extracto de: Discurso - Representantes de la delegación del Consejo de Jefes Religiosos de Israel (Vaticano, 11 de noviembre de 2011)

Sólo practicando la caridad, también nostros podremos participar en la alegría del Señor

La caridad es el bien fundamental que nadie puede dejar de hacer fructificar y sin el cual todo otro don es vano (cfr 1 Cor 13,3) . Si Jesús nos ha amado hasta el punto de dar su vida por nosotros (cfr 1 Jn 3,16) , ¿cómo podríamos no amar a Dios con todas nuestras fuerzas y amarnos de verdadero corazón los unos a los otros? (cfr 1 Jn 4,11) Sólo practicando la caridad, también nosotros podremos participar en la alegría del Señor. Extracto de: Ángelus - Plaza de San Pedro (13 de noviembre de 2011)

las familias necesiten recuperar el genuino sentido de la fiesta, especialmente del domingo, día del Señor y del hombre.

La fiesta, por su parte, humaniza el tiempo abriéndolo al encuentro con Dios, con los demás y con la naturaleza. De ahí que las familias necesiten recuperar el genuino sentido de la fiesta, especialmente del domingo, día del Señor y del hombre. En la celebración eucarística dominical, la familia experimenta aquí y ahora la presencia real del Señor Resucitado, recibe la vida nueva, acoge el don del Espíritu, incrementa su amor a la Iglesia, escucha la divina Palabra, comparte el Pan eucarístico y se abre al amor fraterno.   Extracto de: Mensaje - II Congreso Nacional de la Familia [Ecuador, 9-12 de noviembre de 2011]

Los sacerdotes, llamados a vivir sólo del Señor y de su Palabra, sin otras seguridades, teniéndolo a Él como único bien y única fuente de verdadera vida.

Estos versos (salmo 119) son de gran importancia para todos nosotros también hoy. Antes que nada para los sacerdotes, llamados a vivir sólo del Señor y de su Palabra, sin otras seguridades, teniéndolo a Él como único bien y única fuente de verdadera vida. Desde esta perspectiva se entiende la libre elección del celibato por el Reino de los cielos, a redescubrir en su belleza y en su fuerza. Extracto de: Catequesis - Catequesis sobre la oración: Salmo 119 (9 de noviembre de 2011)

La ley divina, objeto del amor apasionado del salmista y de todo creyente, es fuente de vida.

La ley divina, objeto del amor apasionado del salmista y de todo creyente, es fuente de vida. El deseo de comprenderla, de observarla, de orientar hacia ella todo el propio ser es la característica del hombre justo y fiel al Señor, que la “medita día y noche” , como recita el Salmo 1 (v.2) ; es una ley, la de Dios, que hay que tener “en el corazón” como dice el conocido texto del Shemá en el Deuteronomio . Dice: “Escucha, Israel: ...Graba en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. Incúlcalas a tus hijos, y háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas de viaje, al acostarte y al levantarte” (6, 4.6-7) . Centro de la existencia, la Ley de Dios exige la escucha del corazón, una escucha hecha de obediencia no servil, sino filial, confiada, consciente. Extracto de: Catequesis - Catequesis sobre la oración: Salmo 119 (9 de noviembre de 2011)

El cumplimiento de la Ley es seguir a Jesús, ir por el camino de Jesús, en compañía de Jesús.

El cumplimiento de la Ley es seguir a Jesús, ir por el camino de Jesús, en compañía de Jesús. El salmo 119 nos lleva, por tanto al encuentro con el Señor y nos dirige hacia el Evangelio. Extracto de: Catequesis - Catequesis sobre la oración: Salmo 119 (9 de noviembre de 2011)

La familia por vocación propia presta un servicio maravilloso y decisivo al bien común de la sociedad y a la misión de la Iglesia.

Ella por vocación propia presta un servicio maravilloso y decisivo al bien común de la sociedad y a la misión de la Iglesia. En efecto, la sociedad no es una mera suma de individuos, sino el resultado de relaciones entre las personas, hombre-mujer, padres-hijos, entre hermanos, que tienen su base en la vida familiar y en los vínculos de afecto que de ella se derivan. Cada familia entrega a la sociedad, a través de sus hijos, la riqueza humana que ha vivido. Con razón se puede afirmar que de la salud y calidad de la relaciones familiares depende la salud y calidad de las mismas relaciones sociales. Extracto de: Mensaje - II Congreso Nacional de la Familia [Ecuador, 9-12 de noviembre de 2011]

La escucha de la Palabra es un encuentro personal con el Señor de la vida

La escucha de la Palabra es un encuentro personal con el Señor de la vida, un encuentro que debe traducirse en elecciones concretas y convertirse en camino y estela. Cuando a Jesús se le preguntaba qué hay que hacer para tener la vida eterna, Jesús menciona siempre el camino de la observancia de la Ley, pero indicando qué hacer para llevarla a plenitud, dice: “Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme”(Mc 10,21 y par.). Extracto de: Catequesis - Catequesis sobre la oración: Salmo 119 (9 de noviembre de 2011)

Que la religión motive de hecho la violencia es algo que, como personas religiosas, nos debe preocupar profundamente

A partir de la Ilustración, la crítica de la religión ha sostenido reiteradamente que la religión era causa de violencia, y con eso ha fomentado la hostilidad contra las religiones. En este punto, que la religión motive de hecho la violencia es algo que, como personas religiosas, nos debe preocupar profundamente . De una forma más sutil, pero siempre cruel, vemos la religión como causa de violencia también allí donde se practica la violencia por parte de defensores de una religión contra los otros. Los representantes de las religiones reunidos en Asís en 1986 quisieron decir – y nosotros lo repetimos con vigor y gran firmeza – que esta no es la verdadera naturaleza de la religión . Es más bien su deformación y contribuye a su destrucción. Extracto de: JORNADA - JORNADA DE REFLEXIÓN, DIÁLOGO Y ORACIÓN POR LA PAZ Y LA JUSTICIA EN EL MUNDO "PEREGRINOS DE LA VERDAD, PEREGRINOS DE LA PAZ" (27 de octubre de 2011)

El objeto de nuestra esperanza es el disfrute de la presencia de Dios en la eternidad

El objeto de nuestra esperanza es el disfrute de la presencia de Dios en la eternidad. Lo ha prometido Jesús a sus discípulos, diciendo: “Yo os volveré a ver, y tendréis una alegría que nadie os podrá quitar” (Jn 16,22).  Extracto de: Ángelus - 1 de noviembre de 2011 (Solemnidad de todos los Santos).

Quien cree en Dios-Amor lleva en sí una esperanza invencible

Quien cree en Dios-Amor lleva en sí una esperanza invencible, como una lámpara con la que atravesar la noche más allá de la muerte, y llegar a la gran fiesta de la vida. Extracto de: Ángelus - Plaza de San Pedro, 6 de noviembre de 2011
Nuestra oración por los muertos es, por tanto, no sólo útil sino que también es necesaria, ya que ésta no sólo les puede ayudar, sino que al mismo tiempo hace eficaz su intercesión en nuestro favor (cfr Catecismo de la Iglesia Católica, 958) . También la visita a los cementerios, a la vez que custodia los lazos de afecto con quien nos ha amado en nuestra vida, nos recuerda que todos vamos hacia otra vida, más allá de la muerte. Extracto de: Ángelus - 1 de noviembre de 2011 (Solemnidad de todos los Santos).

Distintos caminos de santidad, reunidos bajo un común denominador: seguir a Cristo

Hoy veneramos a esta innumerable comunidad de Todos los Santos, los que, a través de sus distintos itinerarios de vida, nos señalan distintos caminos de santidad, reunidos bajo un común denominador: seguir a Cristo y conformar en Él hasta el último de nuestro asuntos humanos. Todos los estados de vida, de hecho, se pueden convertir, con la acción de la gracia y con el compromiso y la perseverancia de cada uno, en vías de santificación.  Extracto de: Ángelus - 1 de noviembre de 2011 (Solemnidad de todos los Santos).

En el Credo profesamos que la Iglesia es “santa”

En el Credo profesamos que la Iglesia es “santa”, santa porque es el Cuerpo de Cristo, es instrumento de participación en los Santos Misterios --en primer lugar la Eucaristía- y familia de los Santos, a cuya protección se nos confía en el día del Bautismo.  Extracto de: Ángelus - 1 de noviembre de 2011 (Solemnidad de todos los Santos).

Todos los miembros del Pueblo de Dios están llamados a convertirse en santos

Todos los miembros del Pueblo de Dios están llamados a convertirse en santos, según la afirmación del apóstol Pablo: “Esta es, de hecho, la voluntad de Dios, vuestra santificación” (1 Ts 4,3) . Extracto de: Ángelus - 1 de noviembre de 2011 (Solemnidad de todos los Santos).

La fe en la vida eterna da al cristiano el valor para amar aún más intensamente esta tierra nuestra

Y al acudir a los cementerios para rezar con afecto y con amor por nuestros difuntos, se nos invita, una vez más, a renovar con valor y con fuerza nuestra fe en la vida eterna, es más, a vivir con esta gran esperanza y a dar testimonio de ella al mundo: después del presente no está la nada. Y precisamente, la fe en la vida eterna da al cristiano el valor para amar aún más intensamente esta tierra nuestra y trabajar para construirle un futuro, para darle una esperanza verdadera y segura. Extracto de: Catequesis - Conmemoración de todos los fieles difuntos (2 de noviembre de 2011)

Cristo nos sostiene a través de la noche de la muerte que Él mismo ha atravesado

Cristo nos sostiene a través de la noche de la muerte que Él mismo ha atravesado; es el buen Pastor, bajo cuya guía nos podemos confiar sin temor, ya que Él conoce bien el camino, ha atravesado también la oscuridad.  Extracto de: Catequesis - Conmemoración de todos los fieles difuntos (2 de noviembre de 2011)

El hombre necesita de la eternidad, y cualquier otra esperanza para él es demasiado breve, demasiado limitada

El hombre necesita de la eternidad, y cualquier otra esperanza para él es demasiado breve, demasiado limitada. El hombre puede explicarse sólo si existe un Amor que supera todo aislamiento, también el de la muerte, en una totalidad que trascienda también el espacio y el tiempo. El hombre se puede explicar, encuentra su sentido más profundo, sólo si existe Dios. Y nosotros sabemos que Dios ha salido de su lejanía y se ha hecho cercano, ha entrado en nuestra vida y nos dice: ‘Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá: y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás’ (Jn 11,25-26)” .  Extracto de: Catequesis - Conmemoración de todos los fieles difuntos (2 de noviembre de 2011)

¿Por qué tememos la muerte?

¿Por qué tememos la muerte? ¿Por qué la humanidad, en su mayoría, nunca se ha resignado a creer que más allá de ella no haya simplemente nada? Diría que las respuestas son muchas: tememos la muerte porque tenemos miedo de la nada, de este partir hacia algo que no conocemos, que nos es desconocido. Y entonces hay en nosotros un sentimiento de rechazo porque no podemos aceptar que todo lo que de bello y de grande ha sido realizado durante toda una existencia sea eliminado de repente, caiga en el abismo de la nada. Sobre todo, sentimos que el amor reclama y pide eternidad, y no es posible que sea destruido por la muerte en un solo momento.  Extracto de: Catequesis - Conmemoración de todos los fieles difuntos (2 de noviembre de 2011)

El camino de la muerte, en realidad, es un camino de esperanza

A pesar de que la muerte sea un tema casi prohibido en nuestra sociedad, y se pretenda continuamente quitar de nuestra mente el solo pensamiento de la muerte, ésta nos afecta a cada uno de nosotros, afecta al hombre de todo tiempo y de todo lugar. Y ante este misterio todos, incluso inconscientemente, buscamos algo que nos invite a esperar, una señal que nos dé consuelo, que se abra algún horizonte, que ofrezca aún un futuro. El camino de la muerte, en realidad, es un camino de esperanza, y recorrer nuestros cementerios, como también leer las inscripciones sobre las tumbas, es llevar a cabo un camino marcado por la esperanza de eternidad.  Extracto de: Catequesis - Conmemoración de todos los fieles difuntos (2 de noviembre de 2011)

Si quitamos a Dios, si quitamos a Cristo, el mundo recae en el vacío y en la oscuridad.

Si quitamos a Dios, si quitamos a Cristo, el mundo recae en el vacío y en la oscuridad. Y esto encuentra eco también en las expresiones del nihilismo contemporáneo, un nihilismo a menudo inconsciente que contagia lamentablemente a muchos jóvenes. Extracto de:  Ángelus - Plaza de San Pedro, 6 de noviembre de 2011

La vida nueva y eterna es fruto del árbol de la cruz

La intervención de Dios en el drama de la historia humana no obedece a ningún ciclo natural, obedece solamente a su gracia y a su fidelidad. La vida nueva y eterna es fruto del árbol de la cruz, un árbol que florece y fructifica por la luz y la fuerza que provienen del sol de Dios. Sin la cruz de Cristo toda la energía de la naturaleza permanece impotente ante la fuerza negativa del pecado. Era necesaria una fuerza benéfica más grande que la que impulsa los ciclos de la naturaleza, un Bien más grande que la creación misma: un Amor que procede del «corazón» mismo de Dios y que, mientras revela el sentido último de la creación, la renueva y la orienta a su meta originaria y última. Extracto de : Homilía - Santa Misa en sufragio de los cardenales y obispos fallecidos durante este año (Altar de la Cátedra, Basílica Vaticana - Jueves, 3 de noviembre de 2011)  

Quien puede reconocer una gran esperanza en la muerte, puede también vivir una vida a partir de la esperanza

La solemnidad de Todos los Santos y la Conmemoración de los Fieles Difuntos nos dicen que solamente quien puede reconocer una gran esperanza en la muerte, puede también vivir una vida a partir de la esperanza. Si reducimos al hombre exclusivamente a su dimensión horizontal, a lo que se puede percibir empíricamente, la propia vida pierde su sentido profundo.  Extracto de: Catequesis - Conmemoración de todos los fieles difuntos (2 de noviembre de 2011)

El abismo de la muerte es colmado por el abismo del amor de Dios

El abismo de la muerte es colmado por otro abismo, aún más grande, el abismo del amor de Dios, de modo que la muerte ya no tiene ningún poder sobre Jesucristo (cf. Rm 8, 9) , ni sobre aquellos que, por la fe y el Bautismo, son asociados a él: «Si hemos muerto con Cristo —dice san Pablo— creemos que también viviremos con él» (Rm 6, 8) . Extracto de : Homilía - Santa Misa en sufragio de los cardenales y obispos fallecidos durante este año (Altar de la Cátedra, Basílica Vaticana - Jueves, 3 de noviembre de 2011)

Siempre nos sorprende y nos supera un Dios que se hace tan cercano a nosotros

También nosotros, ante la muerte, no podemos menos de experimentar los sentimientos y los pensamientos que brotan de nuestra condición humana. Y siempre nos sorprende y nos supera un Dios que se hace tan cercano a nosotros que no se detiene ni siquiera ante el abismo de la muerte, más aún, que lo atraviesa, permaneciendo durante dos días en el sepulcro. Pero precisamente aquí se realiza el misterio del «tercer día». Cristo asume hasta las últimas consecuencias nuestra carne mortal a fin de que sea revestida del poder glorioso de Dios, por el viento del Espíritu vivificante, que la transforma y la regenera. Extracto de : Homilía - Santa Misa en sufragio de los cardenales y obispos fallecidos durante este año (Altar de la Cátedra, Basílica Vaticana - Jueves, 3 de noviembre de 2011)