Dios confía en el hombre y desea su bien. Nos atañe a nosotros corresponder con una honestidad y justicia que esté a la altura de su confianza.
La transición a la modernidad debe estar guiada por criterios
seguros basados en las virtudes reconocidas, como las citadas en vuestro lema
nacional, pero también aquellas enraizadas en la dignidad, la grandeza de la
familia y el respeto de la vida. Todos estos valores son para el bien común, el
único que debe primar, y el único que debe ser la mayor preocupación de todo
sujeto responsable. Dios confía en el hombre y desea su bien. Nos atañe a
nosotros corresponder con una honestidad y justicia que esté a la altura de su
confianza.
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