Sólo practicando la caridad, también nostros podremos participar en la alegría del Señor
La caridad es el bien fundamental que nadie puede dejar de hacer fructificar y sin el cual todo otro don es vano (cfr 1 Cor 13,3). Si Jesús nos ha amado hasta el punto de dar su vida por nosotros (cfr 1 Jn 3,16), ¿cómo podríamos no amar a Dios con todas nuestras fuerzas y amarnos de verdadero corazón los unos a los otros? (cfr 1 Jn 4,11) Sólo practicando la caridad, también nosotros podremos participar en la alegría del Señor.
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