Dios tiene otro estilo: los destinatarios de su comunicación son concretamente los “pequeños”. Esta es la voluntad del Padre y el Hijo la comparte con alegría.
En esta expresión de su oración, Jesús manifiesta su comunión con la decisión del Padre que abre sus misterios a quien tiene el corazón sencillo: la voluntad del Hijo es una cosa sola con la del Padre.
La revelación divina no sucede según la lógica terrena, por la que son
los hombres cultos y potentes los que poseen los conocimientos
importantes y los transmiten a la gente más sencilla, a los pequeños.
Dios tiene otro estilo: los destinatarios de su comunicación son
concretamente los “pequeños”. Esta es la voluntad del Padre y el Hijo la
comparte con alegría.
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