Jesús pide que vayamos a Él, que esta es la verdadera sabiduría, a Él que es “manso y humilde de corazón”
En el Evangelio de Mateo, después del Himno de júbilo encontramos uno de los llamamientos más apasionados de Jesús: “Venid a mí todos los que estáis afligidos y agobiados, y yo os aliviaré” (Mt 11,28). Jesús pide que vayamos a Él, que esta es la verdadera sabiduría, a Él que es “manso y humilde de corazón”;
propone “su yugo”, el camino de la sabiduría del Evangelio, que no es
una doctrina que hay que aprender o una propuesta ética, sino una
Persona a la que seguir: Él mismo, el Hijo Unigénito en perfecta
comunión con el Padre.
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