También a nosotros, como a los primeros cristianos, nos surge esta pregunta: ¿por qué Jesús se somete voluntariamente a este bautismo de penitencia y de conversión? Él no había pecado, no tenía necesidad de convertirse.
También a nosotros, como a los primeros cristianos, nos surge esta pregunta: ¿por
qué Jesús se somete voluntariamente a este bautismo de penitencia y de
conversión? Él no había pecado, no tenía necesidad de convertirse. Entonces ¿por qué realizar este gesto? El Evangelista Mateo describe el estupor del Bautista que afirma: “Juan
se resistía, diciéndole: 'Soy yo el que tiene necesidad de ser
bautizado por ti, ¡y eres tú el que viene a mi encuentro!'” (Mt 3,14) y la respuesta de Jesús: “Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo” (v.15). El sentido de la palabra “justicia” en el mundo bíblico es aceptar plenamente la voluntad de Dios. Jesús
muestra su cercanía a la parte de su pueblo que, siguiendo al Bautista,
reconoce como insuficiente el considerarse sencillamente hijos de
Abraham, sino que quiere cumplir la voluntad de Dios, quiere
comprometerse para que su propio comportamiento sea una respuesta fiel a
la alianza ofrecida por Dios en Abraham.
Extracto de: Catequesis sobre La oración de Jesús (30 de noviembre de 2011)
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