A través de la expresión “Señor del Cielo y de la Tierra” podemos reconocer también como en Jesús, el Revelador del Padre, se reabre al hombre la posibilidad de acceder a Dios.
En su experiencia de oración, la Sagrada Escritura es iluminada y
revive en su más completa amplitud: el anuncio del misterio de Dios y
respuesta del hombre transformado. Pero, a través de la expresión
“Señor del Cielo y de la Tierra” podemos reconocer también como en
Jesús, el Revelador del Padre, se reabre al hombre la posibilidad de
acceder a Dios.
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