La gran estrella, la verdadera Super nova que nos guía es el mismo Cristo. Él es, por decirlo así, la explosión del amor de Dios, que hace brillar en el mundo el enorme resplandor de su corazón.
La gran estrella, la verdadera Super nova que nos guía es el
mismo Cristo. Él es, por decirlo así, la explosión del amor de Dios, que
hace brillar en el mundo el enorme resplandor de su corazón.
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