Nuestras Eucaristías se realizan en ese momento de oración, en un unirnos siempre y de nuevo a la oración de Jesús.

Nuestras Eucaristías se realizan en ese momento de oración, en un unirnos siempre y de nuevo a la oración de Jesús. Desde el principio, la Iglesia ha comprendido las palabras de la consagración como parte de la oración realizada junto a Jesús; como una parte central de la alabanza llena de gratitud, a través de la cual el fruto de la tierra y del trabajo del hombre, nos viene nuevamente donados como cuerpo y sangre de Jesús, como auto donación de Dios mismo en el amor acogedor del Hijo (cf. Jesús de Nazaret, II, p. 146). Participando en la Eucaristía, nutriéndonose de la Carne y la Sangre del Hijo de Dios, unimos nuestras oraciones a la del Cordero Pascual en la noche suprema, para que nuestra vida no se pierda, a pesar de nuestra debilidad y de nuestras infidelidades, sino que sea transformada.

La oración de Jesús en la última cena (11 de enero de 2012)

Comentarios

Popular Posts

El diálogo interreligioso mal entendido conduce a la confusión o al sincretismo

La familia por vocación propia presta un servicio maravilloso y decisivo al bien común de la sociedad y a la misión de la Iglesia.

ninguna religión, ninguna cultura puede justificar que se invoque o se recurra a la intolerancia o a la violencia