Para la liturgia, el camino de los Magos de Oriente es solo el comienzo de una gran procesión que continúa en la historia.
La Epifanía es una fiesta de la luz. «¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!» (Is 60,1).
Con estas palabras del profeta Isaías, la Iglesia describe el contenido
de la fiesta. Sí, ha venido al mundo aquel que es la luz verdadera,
aquel que hace que los hombres sean luz. Él les da el poder de ser hijos
de Dios (cf. Jn 1,9.12). Para la liturgia, el camino de los Magos de Oriente
es solo el comienzo de una gran procesión que continúa en la historia.
Con estos hombres comienza la peregrinación de la humanidad hacia
Jesucristo, hacia ese Dios que nació en un pesebre, que murió en la cruz
y que, resucitado, está con nosotros todos los días hasta el fin del
mundo (cf. Mt 28,20).
Extracto de: Solemnidad de la Epifanía del Señor (6 de enero de 2012)
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